Al Presidente de Cataluña, Pere Aragonès, parece
que su comunidad autónoma se le está quedando pequeña, así que pretende imponer normas al resto de España. Debe ser por eso que Aragonès reclama extender las restricciones al conjunto de España y que la Generalitat pedirá a Sánchez extender el toque de queda de Cataluña a toda España.
Claro, no quieren quedarse con las posaderas al aire ante los suyos y que los catalanes sean los únicos encarcelados. Pasa lo mismo que con las bajadas de impuestos de Ayuso. Mucho autonomismo y tal, pero a la hora de la verdad no quieren que cada región haga lo que le venga en gana.
Dice el diccionario de la RAE sobre autonomía en su segunda acepción que es la condición de quien, para ciertas cosas, no depende de nadie. Y ellos, los independentistas catalanes, sí quieren esa libertad de no depender de nadie en sus decisiones. Pero no quieren esa misma libertad para los demás. La ley del embudo. La libertad para ellos, la imposición para los demás. Liberticidas.
Pues esta vez al menos van a pinchar en hueso. Un hueso que tiene nombre propio: Isabel Natividad Díaz Ayuso. Que se jo... roben.
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