Yo antes casos como este ya no sé si reír o llorar. Porque la desvergüenza del Gobierno y de su Presidente es enorme. Pero las tragaderas de la prensa no adepta son de campeonato. En vez de ponerse todos de acuerdo y ausentarse de las ruedas de prensa siguen ahí, levantando la mano para que Francesc Vallès, el secretario de Estado de Comunicación, les insulte ignorándolos. Porque está claro que si, desde ahora, todos los demás no asistieran a las ruedas de prensa del Presidente hasta que fuera alguien imparcial el que eligiera a los periodistas que preguntan, a Sánchez no le quedaría más remedio que ceder. Y lo mismo digo de los votantes. Un presidente que huye de las preguntas incómodas está claro que tiene miedo y cosas que ocultar; y por lo tanto no merece el voto.
Pero bueno, el Presidente hace estas cosas, la prensa discrepante se limita a llorar y el sujeto sigue en las encuestas en empate técnico. España.
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