Efectivamente el sujeto está protegido de pagar por todas sus posibles fechorías hasta el 19 de junio de 2014, fecha de su abdicación. Pero a partir de ahí podría ser encausado por el Tribunal Supremo, ante el cual es aforado. Lo ha dicho hasta la ministra de Justicia.
Para que lo anterior sucediera la Audiencia Nacional (que, aparentemente, es donde se va a ventilar en otoño el contenido de las ya famosas cintas) tendría que elevar el posible delito al Tribunal Supremo, el cual debería empezar por investigar (anteriormente imputar) al susodicho.
La mala noticia es que este señor sigue y seguirá siendo intocable respecto a todos los posibles hechos delictivos que hubiera podido cometer mientras era Jefe de Estado. La buena que, al menos, podría ser procesado por lo que haya podido suceder después. Y cabe la posibilidad que estos temas (blanqueo, evasión de capitales, ocultación de bienes, fraude, falsedad, etc.) se hayan extendido en el tiempo después de su reinado.
Repito, podría ser procesado. En condicional. ¿Lo será? Buena pregunta. Con Rajoy la respuesta hubiera sido un no rotundo. Con Sánchez... ya veremos.
Repites los mismos argumentos que tantas veces se dijeron sobre Urdangarín.
ResponderEliminarCon respecto a Rajoy y Sánchez creo que te confundes, de momento el único que promete la impunidad a poderosos es el segundo.
No creo que Urdangarín tuvo inmunidad en ninguna etapa.
EliminarY ya Sánchez (por boca de la Portavoz) ha dicho que no va a tocar a este sujeto.
La única esperanza (poca) es AN-TS.