Quizás si la cordialidad y buen entendimiento que apreciamos ayer en el debate de los dos ex presidentes hubiera imperado durante los que fueron últimos años en el Gobierno de González y los primeros años de Aznar, el inicio de esa centrifugación del Estado que ahora sufrimos y que puso en marcha Pujol (con la inmersión lingüística y el control de otras competencias del Estado) se habría podido evitar. Bastaba que el PSOE y el PP hubieran renunciado a aceptar apoyos de nacionalistas para gobernar.
Cuanta razón tiene Pablo Sebastián en República. González y Aznar ahora van de hombres de estado, con profundas y sesudas reflexiones. Ahora, que ya no tienen capacidad de decisión alguna, más allá de su mero simbolismo. Pero cuando la tuvieron hicieron lo mismo que el actual inquilino monclovita. Pactar con quien fuera y al precio que fuera para seguir en el Poder. Y de aquellos polvos, estos lodos. Conviene no olvidarlo.
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