Siempre que
leo sobre los
deepfakes, que son unos
vídeos que sustituyen el rostro, los gestos y las palabras de otras personas, la verdad es que se me ponen un poco los pelos de punta de cara a lo que se nos viene encima en un futuro bastante cercano, ya que son
uno de los principales riesgos para la desinformación del futuro.
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