jueves, 26 de diciembre de 2019

¿Y para esto España necesita un rey?

Ni he visto ni oído el mensaje navideño del rey ni pienso hacerlo. Vi muchos (en realidad demasiados) de Juan Carlos I y todos eran una sarta de obviedades y buenas intenciones. Me fueron suficientes aquellos y el artículo de Rubén Amón sobre éste que enlacé hace un par de horas.

Los mensajes reales (los navideños y todos los demás) son solamente discursos del Presidente de Gobierno de turno con un toque de grandilocuencia y con un escenario (siempre teatral y no circense, todo hay que decirlo) para mayor gloria del monarca. Pero todo el que sepa algo de como se mueven las cosas en la política española conoce pefectamente que para que ese discurso se lleva a la práctica esa cosa impersonal que se denomina Moncloa tiene que estar de acuerdo al cien por cien, y Moncloa quiere decir, llevado al lenguaje político no ofensivo, el Presidente de Gobierno.

Pero, seamos claros, no solamente los mensajes reales tienen que gozar de la aprovación inquilino de Moncloa, sino que lo mismo sucede con sus viajes y cualquier otro gesto que haga el monarca. No en vano el artículo 64 de la Constitución Española dice lo siguiente:

1. Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los Ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del Presidente del Gobierno, y la disolución prevista en el artículo 99, serán refrendados por el Presidente del Congreso.
2. De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden.


O sea, en palabras menos políticas y más sencillas, aunque puede que más ofensivas, la figura del rey, en sus palabras y hechos, es responsable del Presidente de Gobierno o del Ministro del ramo, por lo que ellos son, por supueto, los encargados de darle permiso al rey para diga o haga lo que sea. Y ese permiso es aplicable incluso a la tan traída y llevada propuesta de candidato a investidura tras las elecciones o dimisión del Presidente de Gobierno, permiso que debe otorgar el Presidente del Congreso. En un caso extremo si la propuesta del rey no fuera aceptable al Presidente del Congreso, tal propuesta no se llevaría a la práctica.

Vamos, que el rey es en realidad una mera figura decorativa. Y esto no es mi opinión, es lo que dice la Constitución Española, con un lenguaje más político y menos comprensible, por supuesto.

Y entonces, ¿para esto España necesita un rey? Se podría prescindir de él y no pasaría absolutamente nada. Repito, con la Constitución en la mano.

Aunque, ya puestos, sería preferible cambiar el sistema para ir a un Presidente de la República de España con poderes ejecutivos, elegido a doble vuelta por los votantes, como sucede en Francia.

Pero, presidente republicano salido de la democraica o presidente republicanos salido de la partidocracia, parece que ambos son rechazados por los votantes españoles, que están encantados con seguir sintiéndose súbditos de Juan Carlos ayer, de Felipe hoy y de Leonor mañana. Por cierto, que lo de Leonor ya empieza a tomar tintes de historia de prensa del corazón, a la son tan dados muchos españoles. Todo con tal de que esos españoles sigan siendo lo que son, dóciles súbditos votantes en vez de inconformes ciudadanos libres.

2 comentarios:

  1. ¿Y cómo son más libres los ciudadanos de una república respecto a una monarquía? Depende del tipo de república y del tipo de monarquía. El hecho de que una figura decorativa sea elegida o no no cambia mucho el hecho.

    Incluso en Democracia, ¿cómo es de libre un ciudadano si sus convecinos votan que se le robe más de la mitad de lo que produce y más aún en todo tipo de impuestos sólo por ser eficiente?

    Creo que hay que empezar a cuestionarse la vinculación entre libertad y el hecho de votar algo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por eso yo estoy a favor de eliminar la figura decorativa y convertir España en una república presidencialista al estilo de Francia.

      Sobre la democracia, hay que entender que la misma no es una valor absoluto. La democracia debe estar basada en la libertad, y a su vez la libertad en la justicia. De lo contrario nos podemos encontrar con que, en una votación entre tres, dos voten que el otro les mantenga, que es más o menos lo que está pasando en España.

      Y no, no hay vinculación obligada entre lo que mencionas de libertad y el hecho de votar algo. Como dije, ese votar algo debe estar basado en los límites de la libertad o en realidad no servirá de mucho.

      Eliminar

Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.