ahora digital) con fotos que nos recuerdan momentos felices del pasado. O también podría ser un álbum de fotos en las que en todas sale Feijóo, en buenos momentos o no tanto, propiedad de él o no.
Para desgracia del gallego estamos hablando del segundo caso, con los añadidos de que son fotos tomadas en principio con no demasiadas buenas compañías (algunas o muchas de ellas mafiosas) y que no está en su poder, sino en el de sus adversarios (¿enemigos?) políticos.
Ya parece seguro que la colección de fotos existe, que la tienen los que no quieren verle bajo ningún concepto en el poder, que las instatáneas serán filtradas adecuadamente a la prensa amiga en el momento más doloroso políticamente para él, que ello desatará una campaña política y de medios de comunicación inmisericorde y que, por supuesto, el aspirante a La Moncloa es conocedor de todo ello, por lo que alguna respuesta tendrá preparada, ya que no le cogerá por sorpresa.
El periodo político recién comenzado, que se extenderá, previo paso por las elecciones municipales y autonómicas de mayo, hasta las generales de, en principio, otoño del 23 o invierno del 24, nos va a traer sin la menor duda un buen espectáculo y algunas sorpresas. Incluida la fecha de la filtración del albúm de fotos de marras. No es el qué, ni el cómo, evidentemente, sino el cuándo. Y también, claro, ver que contienen las dichosas fotos. Lo que digo siempre, a comprar palomitas y a disfrutar del espectáculo, teatral o circense.
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