Empezó el 5 y terminó el 6 de septiembre de 1972. Hoy hace exactamente cincuenta años. Ocurrió durante los Juegos Olímpicos de Munich. Un comando terrorista palestino integrado por ocho miembros llegó sin ninguna oposición al área ocupada por el equipo israelí en la Villa Olimpica y, tras asesinar a dos atletas israelíes que les opusieron resistencia, secuestraron a otros nueve. Exigían a cambio de dejar con vida a los israelíes la liberación de 234 terroristas palestinos encarcelados en Israel. El Gobierno israelí se negó en redondo a negociar con terroristas.
Al día siguiente el orgullo y la incompetencia del gobierno alemán hizo el resto. Los alemanes rechazaron el ofrecimiento del Gobierno de Israel de enviar fuerzas especiales para rescatar a los rehenes (hubiera sido lo normal, dado que todos los rehenes eran israelíes) y a la hora de hacerlo ellos los efectivos se comportaron con cobardía e incompetencia. El resultado fue que los nueve deportistas israelíes fueron asesinados, un policía alemán murió en el tiroteo, cinco terroristas murieron también en el tiroteo y los tres restantes fueron liberados por Alemania el mes siguiente atendiendo prontamente a las exigencias de los secuestradores de un avión de la línea aérea alemana Lufthansa.
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