En un principio a la Comisión Europea le pareció bien la
finalización del gasoducto entre España y Francia a través de Cataluña, a iniciativa de Alemania. Pero Francia no estuvo de acuerdo. Luego los franceses dijeron que estudiarían la propuesta y ahora se mantienen en sus trece, parece que de forma definitiva, negándose a la terminación del llamado MitCat.
Y puestas así las cosas Bruselas cede a la presión de Francia y rechaza financiar el MidCat, a lo que hay que añadir que Bruselas se desentiende del MidCat y traslada la decisión final a los Estados.
Un detalle muy interesante es que el MidCat fue candidado a entrar en la lista de Proyectos de Interés Común, pero finalmente ello no se concretó porque tanto España como Francia se opusieron a ello en 2019, con Pedro Sánchez ya al frente del Gobierno.
Pero claro, las circunstancias han cambiado mucho desde entonces. Lo que no ha cambiado es que España sigue sin ser nadie en el contexto internacional. Y un proyecto en principio interesante para Portugal, España, Alemania y tal vez otros países del norte de la Unión Europea se archiva por la negativa de Francia. Eso deja claro quien importa en la UE. Y desde luego no es España.
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