Pero con este, repito, nuevo PP de Feijóo nunca se sabe lo que puede pasar, particularmente con el tema del aborto. Y si no me creen lean (las negritas, muy importantes, son mías):
Mañueco ha dicho que los médicos no harán ninguna oferta previa a la mujer y que los servicios de latido y ecografía solo se ofrecerán si la paciente lo solicita expresamente, y no antes. “Tengo claro que alterar este orden puede derivar en coacciones directas o indirectas a las mujeres embarazadas y, por tanto, la Junta no las va a promover ni a amparar”, ha dicho.
Vamos, que ofrecer (como he repetido hasta la saciedad en mis escritos anteriores sobre el tema, ofrecer) a una mujer embarazada que pretende abortar escuchar el latido del corazón de su hijo y ver una ecografía de alta calidad del mismo es, según Mañueco, coacciones directas o indirectas a las mujeres embarazadas.
La cobardía de este nuevo PP de Feijóo en materia ideológica en general y muy en particular en el asunto del aborto no tiene límites. Llega hasta el punto (por ahora, porque lo puede rebasar en cualquier momento) de considerar una coacción un mínimo ofrecimiento que es de lo más light. Un achicamiento totalmente miserable de Feijóo a través de Mañueco.
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