El PP, de la mano de su nuevo líder, Alberto
Núñez Feijóo, se ha convertido en un partido activamente abortista (uno y dos, solamente
por ejemplo). Qué lejos queda la clara promesa de Mariano Rajoy de que eliminaría la ley de plazos del aborto de Zapatero (la que ahora le encanta a Feijóo) y volvería a la ley anterior de supuestos de González.
Mis nulas simpatías sobre Vox son claramente conocidas por lo que siguen este blog, así que no abundaré en ellas, salvo decir que me parece un partido de extrema derecha que intenta disimularlo. Pero hablemos del aborto. Vox se movió en una calculada ambigüedad sobre el tema, de lo que ya deje constancia. Dos años después cambiaron la perspectiva. En su Agenda España dice lo siguiente en la página 44 (las negritas son mías):
Salvaguardar jurídicamente el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte natural y acabar con la cultura de la muerte, comenzando por la derogación de la Ley de Eutanasia y de la Ley del aborto libre.
Bien. Muy bien.
Habrá que ver si cuando llegue la hora de la verdad (su probable entrada en un Gobierno de coalición con el PP) se atreven a presionar a los peperos en esa dirección en el programa de Gobierno. O acaban haciendo lo mismo que en el Gobierno de Castilla y León, donde toda la fuerza se les fue por la boca, pero de hechos, ninguno. Porque, dicho sea de paso, la contundencia en esa Agenda España esta muy bien, pero no la he oído por ninguna parte en sus declaraciones, que me recuerdan aquella ambigüedad calculada que ya he mencionado.
Pero en cualquier caso en este tema Vox se merece el beneficio de la duda. Por ahora se ha convertido en el único partido antiabortista del Parlamento, al menos en teoría. Veremos que escribe sobre el tema en su programa electoral para las próximas elecciones generales.
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