Lo leo y me sorprendo (no sé la razón de la sorpresa, la verdad, porque del comunismo cabe siempre esperarse cualquier cosa, y siempre mala). Deportistas llorando y pidiendo perdón por perder una confrontación deportiva.
Ya he leído en otras partes de como los estudiantes chinos luchan por entrar en las privilegiadas universidades de dicho país estudiando una brutalidad de horas diarias, los siete días de la semana. Y si al final no lo logran (lo cual, evidentemente, les sucede a la mayoría, porque las plazas son limitadas y reservadas a los mejores entre los mejores) entran en una enorme frustración personal que, en muchos casos, les lleva a la depresión e incluso al suicidio.
Así es como se está fraguando en éxito de China, a base de poner metas alcanzables solo para una minoría y destrozando a los que no pueden alcanzarlas. Un éxito basado en basura, auténtica basura (por no decir otra palabra bastante más maloliente).
¿Y esto es lo que pretenden exportar al resto del mundo? O, lo que es peor, ¿esto es lo que debemos admirar e imitar? ¡Por favor! Lo que el resto del mundo (o al menos la parte civilizada del mismo) debería hacer es imponer un bloqueo comercial a China hasta que su asqueroso sistema comunista cayese.
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