Pues nada, al final, después de tanto ruido con qué viene la ultraderecha, las matemáticas, las
apuestas y las encuestas tuvieron razón y Emmanuel Macron ganó cómodamente a Marine Le Pen en las elecciones presidenciales francesas por 58,55% a 41,45%, en total 17 puntos porcentuales. Claro, no fue el 66 a 34 de hace cinco años, un 32% de ventaja. Pero es que aquello no fue una victoria, fue una masacre. Y claro, el poder desgasta. Pero sobre todo al que no lo tiene. Y si no, que se lo pregunten a los rivales de Macron. Empezando por la misma Le Pen.
Ahora la pregunta es si Macron será Presidente o Emperador. Para eso habrá que esperar un par de meses, hasta que lleguen las elecciones lesgislativas francesas y podamos ver los resultados que obtiene su partido.
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