Un PSOE entregado, un PP desaparecido, un Rivera desnortado. Parece (repito, parece) que el único clavo ardiento que nos queda es Inés Arrimadas.
Atiza por igual a Sánchez, Torra y Torrent. Y cuando lo tenga que hacer lo hará con el PP. Parece que a Rivera le viene demasiado grande Madrid... y a Arrimadas demasiado pequeña Barcelona. Lastima que no intercambien los puestos.
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