La guerra del gobierno colombiano, presionado por el de Estados Unidos (el mayor consumidor de cocaína en términos absolutos), contra el cultivo de la coca (y su conversión en cocaína) es una guerra perdida, como lo demuestra el hecho que nos cuenta la CNN en Español:
Los cultivos de coca en Colombia alcanzaron un máximo histórico: en 2017 llegaron a 171.000 hectáreas, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc). Es un récord para el país, que no se alcanzó ni siquiera en las épocas más fuertes del narcotráfico.
Como he escrito ya por aquí, esa guerra a las drogas lo único que hace es malgastar recursos que bien podrían invertirse en otros proyectos. Nos guste o no la ley de la oferta y la demanda también se aplicar al mercado de las drogas en general y de la cocaína en particular. Y mientras haya gente que quiera esa droga y esté dispuesta a pagar por ella habrá otra gente que se la facilitará para cobrar el precio. Nos guste o no.
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