Me repatea escuchar las quejas de ciertos polícias y guardias civiles sobre sus condiciones de vida en Cataluña, antes y ahora, para defender el orden constitucional en una situación de crisis.
¿Qué quieren, un hotel de cinco estrellas? Sí, sé que estoy exagerando. Pero es que son situaciones extraordinarias. Y en situaciones extraordinarias se requieren sacrificios extraordinarios. Son profesionales. Y libres. Libres para marcharse y buscarse otro trabajo si las condiciones laborales no les gustan.
Supongo que no son la mayoría los que se quejan de las condiciones. Eso espero. Porque si lo fuera estaríamos hablando de una sociedad tan blandita que hasta los que han aceptado libremente (repito, libremente) estar en puestos de choque quieren evitar al máximo el sacrificio. Algo realmente muy peligroso para la conservación futura de dicha sociedad.
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