Santiago Najavas exagera (mucho) con sus "Estados Soviéticos de América"

Los Estados Soviéticos de América es un muy exagerado artículo de Santiago Navajas en Libertad Digital. Los medios que él menciona (de la CNN a The Guardian pasando por el Washington Post) lo único que hacen es, en virtud de la libertad de prensa estadounidense, expresar su opinión (la cual, evidentemente, no es la del señor Navajas). Igual que, supongo, habrá otros medios estadounidenses, probablemente menos conocidos, que tendrán una visión contraria (y acorde con la del señor Navajas) y la expresarán con total libertad.

Una de las diferencias fundamentales entre este país (vivo en Estados Unidos) y probablemente la mayoría de los países democráticos europeos (inluido, por supuesto, España) es que, mientras en los países europeos la libertad de prensa es, por decirlo así, una libertad más, en Estados Unidos esa libertad de prensa es uno de los pilares de la democracia estadounidense, uno de los contrapoderes en los que se asientan nada más y nada menos que la libertad y la democracia estadounidense. Algo que entiendo que es muy difícil de entender en su justa proporción desde otros países en los que la libertad de prensa es, por decirlo así, una libertad concedida y no, como aquí, una libertad fundamental en la que se basa el sistema político.

Sí, tiene toda la razón Santiago Navajas cuando dice, al final de su artículo, que la cosmovisión socialdemócrata anglosajona controle Twitter, Facebook y el conjunto de las redes sociales. Pero ello no pone en peligro ni la libertad de expresión ni la libertad de prensa estadounidenses, sino que es una consecuencia de las mismas. Igual que sería una consecuencia de las mismas que se pudieran abrir redes sociales alternativas, que no tuvieran ese sesgo socialdemócrata, sino que verdaderamente respetasen la libertad (en todos los sentidos) de los usuarios; y para ello solo hay que tener el talento necesario para ponerlas en funcionamiento, porque la libertad de expresión y la libertad de prensa, para unos y para otros, siguen ahí en los Estados Unidos de América.

Estados Unidos de América que, dicho sea de paso, no son, ni serán, los Estados Soviéticos de América. Por más que eso quede bien decirlo desde la antiestadounidense europa en general y España muy en particular.