Incluso desde antes de las elecciones generales se estaba diciendo que si la alianza PP+Cs+Vox no daba para gobernar pero sí lo hacia la suma PSOE+Cs el poder económico iba a presionar a Rivera para que apoyara a Sánchez en la investidura.
Presionar es una cosa. Pero lo que el Poder (con mayúscula) está haciendo para que finalmente Rivera haga presidente a Sánchez no son presiones, es una auténtica guerra.
Desde el ala económica no hay reunión en la que participen empresarios y algún dirgente naranja en la que los primeros le hagan saber que verían con buenos ojos el mentado apoyo. Desde el lado político el PSOE lo exige (incluso con insultos) y el PP también lo aconseja. Y desde la pata mediática casi todos los medios editoriales, columnistas y tertulianos nos dejan saber las bondades del citado apoyo.
Hasta ahí las presiones. Pero la guerra ha llegado con la dimisión total de Toni Roldán, la parcial de Javier Nart y las críticas de Luis Garicano. Eso es una declaración de guerra en toda línea del Poder (económico-político-mediático como uno solo) a Albert Rivera. A nadie se le escapan dos cosas. Por un lado que quien ha liderado esa rebelión interna en Ciudadanos ha sido Garicano, y por otro que el mismo Garicano está muy bien conectado con el poder económico.
Como el líder naranja no ha aceptado las presiones, van a por él. O cede o le van a intentar destruir.
No se me olvida que ese poder económico-mediático tuvo mucho que ver en la subida de Ciudadanos. De algún sitio tuvo que salir el dinero para financiar los actos de campaña de un partido que no tenía presencia nacional. Y que los tertulianos hablaran bien de dicho partido. Sin duda el dinero salió en las dos direcciones del mismo sitio. Es mi opinión, que no puedo demostrar.
Y del mismo sitio están saliendo el dinero y los movimientos para torcer el brazo a Rivera y que acabe apoyando a Sánchez. Y si el líder de Ciudadanos persiste en su idea de no apoyar al socialista no me extrañaría nada que apareciera algún escándalo de su vida pública o privada que acabara con él y sirviera de escarmiento al siguiente.
Alguien podría decir que estoy exagerando. Apunto una pruebra de que no. Ya ese Poder se cargó a un político. Pedro Sánchez. ¿Se acuerdan? Lo que falló es que el socialista ha demostrado tener el colmillo mucho más retorcido de lo que pensaban.
Veremos el retorcimiento de colmillo de Albert Rivera en esta guerra que el Poder le ha declarado.
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