Ayer escribí sobre la guerra que le ha declarado el Poder (en todas sus vertientes) a Albert Rivera. Y terminaba yo diciendo que está por ver hasta donde llega el colmillo retorcido del líder naranja en esta guerra con el Poder.
Hoy me encuentro con que el líder de Ciudadanos dice que no va a ceder a las presiones y que los que quieran apoyar a Sánchez que se vayan y funden otro partido.
Bien, sin duda. Se ve que está dispuesto a seguir la apuesta hasta el final. Lo que pasa es que ese final está aún por escribir. Lo de montar otro partido ya se está explorando. Si el Poder (económico-político-mediático, para aclarar) se decide por esa opción sería acabar a medio plazo con el centrismo en España, porque no hay votantes suficientes para el partido de Rivera y el nuevo partido de Valls. Que puede ser lo que se esté manejando, si ese centrismo ya no le sirve al Poder para ser la muleta del ala necesitada del partido PPSOE.
Pero incluso puede que a corto plazo el Poder se la juegue a hacer un roto aún mayor en Ciudadanos. O incluso, como apunté ayer, a ir a por el mismo Albert Rivera. Aunque esa opción tal vez no la sigan porque su sustituta natural al frente de Ciudadanos, Inés Arrimadas, en principio no parece muy manejable.
En fin, que la guerra declarada del Poder a Rivera, aceptada por este, no ha hecho más que comenzar. Veremos como sigue.
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