Tomando la llegada del comunista separatista Gerardo Pisarello a la Mesa del Congreso como síntoma Agustín Valladolid
reflexiona en
Vozpópuli sobre una política española que
está anclada en un cortoplacismo suicida en la que
los trileros han invadido definitivamente el escenario, y los que nunca debieron abandonar su papel de comparsas ya se visten sin complejo alguno de primeras figuras.
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