Alberto Núñez Feijóo dio
el paso para ser el líder del PP cuando llevaba trece años al frente del gobierno gallego y le quedaban en ese puesto dos más, hasta las próximas elecciones gallegas, que deberían
ser en 2024, porque ya era sabido que no quería volver a presentarse. Tiene 61 años y ya está de vuelta de todo a nivel gallego. Vamos, que para este hombre la política gallega había llegado a su fin.
Y en ese momento, cuando, repito, le quedaban un par de años en la política activa, se le presentó la ocasión de liderer el PP nacional y disputarle La Moncloa a Pedro Sánchez.
Feijóo por lo tanto no tiene nada que perder, porque se le ha presentado la posibilidad de ser todo (Presidente de Gobierno) cuando su futuro era no ser nada (irse a su casa). Esa es la más que probable respuesta a por qué el gallego dejó su tranquilo retiro en su región para trasladarse a Madrid a pelear una guerra política a cara de perro.
Sí, claro que le puede aparecer el famoso dosier y aguarle la fiesta. Y por supuesto que él es muy consciente de ello. Pero si eso ocurre no pasa nada. Hace las maletas y se regresa tranquilamente a su Galicia de siempre. Él sabía que podía pasar y lo tenía asumido.
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