En política las elecciones siempre las gana o las pierde el partido que gobierna. Por poner un ejemplo cercano, las dos elecciones de 2019 las ganó el PSOE desde Moncloa (por la mínima, pero las ganó) porque los españoles estaban hartos de un mediocre como Rajoy y querían probar otra cosa. Ahora parece, a través de las encuestas, que la situación ha cambiado y los mismos españoles están hartos de otro mediocre, esta vez Sánchez, y quieren ver si la alternativa es mejor.
Lo curioso es que desde el mismo Gobierno de la Nación, con su Presidente a la cabeza y seguido por casi todo los ministros, se ha desatado una campaña contra el líder de la oposición que en principio tiene todas las probabilidades de ganar, Alberto Nuñez Feijóo. Incluso han hecho de él una insultante descripción en la que apoyarse.
Feijóo no es para nada santo de mi devoción. Es un socialidemócrata de manual que está, por ejemplo, muy a la izquierda del Felipe González que gobernó España. Pero eso no quita para reconocer que cuando el Gobierno casi lo único que hace y va a hacer es oposición a la oposición es porque poco o nada tiene que ofrecer a los españoles.
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