Muchos que utilizan el eslogan de "mi cuerpo,
mi decisión" para
defender el aborto tienen que esconderlo a la hora de atacar la gestación subrogada. Es lo que
tiene pensar con la ideología, que luego hay que defender contradicciones.
Yo desde siempre he sido contrario a toda manipulación de la vida en su comienzo. Por eso me opongo al aborto, a la inseminación artificial, a la fecundación in vitro, a la gestación subrogada y a la manipulación de embriones.
Ahora los mismos que defienden el aborto como una libertad para la mujer, critican que Ana Obregón haya sido madre a través de gestación subrogada. Tienen que defender a las mujeres de ellas mismas en un marco legal como el estadounidense.
Yo creo en la libertad. Pero una libertad limitada por la ética, con sus límites. Y uno de esos límites éticos es la manipulación de la vida humana en su comienzo. Porque no somos nadie para manipular a uno de nuestros semejantes sin su consentimiento, tenga la edad que tenga. Incluso, por supuesto, antes de nacer. Incluso antes de existir.
A algunos esta ética os puede parecer puro fanatismo. Es vuestro derecho. Pero si esta ética se llevara a la práctica nos libraría de los inimaginables (literalmente) males del próximo paso. La manipulación genética. Que no es un futuro de película de ciencia-ficción, sino el presente. Y quiero recordar que, sin entrar en los peligros futuros de la creación de seres humanos para tareas específicas, ya hay que enfrentar los peligros presentes, individuales, de que esas mutaciones genéticas son hereditarias, y no sabemos cuáles serán las consecuencias; no digamos ya si se produce un error humano en el momento de la manipulación genética.
Y todo empezó con la manipulación de la vida fuera del útero. Sin que sepamos, por supuesto, cuál va a ser el final. Por no respetar algo llamado ética.
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