Uno se cansa de que
los políticos tomen al
personal por idiotas. Es
el caso de PP y Vox en
la Comunidad de Madrid. Llevan colaborando estrechamente cuatro años, pero ahora, precisamente ahora, casualmente ahora, cuando quedan únicamente dos meses para las elecciones autonómicas, rompen la relación.
La idea, evidentemente, es marcar perfil propio de cara a los votantes. Y después, claro, si no hay mayoría absoluta del PP, tendrán que pactar de nuevo. Lo dicho, toman a los espectadores de este teatro por idiotas.
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