Han pasado algunos días del trágico accidente ferroviario de Santiago, y poco a poco las cosas van quedando claras (por más que aún puedan aparecer nuevos datos). Por ello, para cerrar el tema aquí, quiero expresar brevemente mi opinion (que es eso, solamente una opinion personal, y no una sentencia, y que como tal puede estar equivocada, más aún cuando deconozco casi todo de este mundo de los trenes).
Parece claro que el maquinista se equivocó, porque debía frenar el tren y no lo hizo, posiblemente por algún tipo de distracción.
Pero igualmente parece claro que es incompresible que en el siglo XXI un tren esté obligado a descender de 200 km/h a 80 y no haya instalado un sistema de seguridad que le obligue a hacerlo en el caso de que el maquinista no lo haga, para, posteriormente y de forma casi automática, quitarle de forma irrevocable la licencia al maquinista.
Yo, que desconozco todo sobre el tema, en estos días he podido aprender algo sobre el ASFA. Son siglas que quieren decir "Anuncio de Señales y Frenado Automático". Pues bien, es evidente que el "frenado automático" falló por completo. Y peor aún si es que, como parece ser, no estaba instalado.
Desgraciadamente nada hará recuperar las vidas a los fallecidos. Pero es necesario que en todos los puntos de la red ferroviaria española en los que circulen trenes a velocidades altísimas hayan instalados mecanismos de seguridad que hagan que ante cualquier error del maquinista el tren se detenga, para que el maquinista sea relevado de su puesto y jamás vuelva a ocuparlo, ni en ese tren ni en ningún otro.
Por lo tanto, responable de la tragedia el maquinista, sí, pero no solo él, sino también los responsables que diseñaron el tramo, autorizándolo para esa velocidad sin añadir las medidas de seguridad para cubrir el posible error humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.