Leo esto:
En 1976, 18 países musulmanes con representación diplomática en España firmaron un acuerdo para erigir una mezquita en Madrid. Sin embargo, el proyecto quedó postergado durante 11 años, hasta que el rey Fahd de Arabia Saudí aportó la financiación necesaria (2.000 millones de pesetas) para ejecutar la construcción. Tras cinco años de obras, el 21 de septiembre de 1992, el monarca saudí y Juan Carlos I de España inauguraron el edificio.
Y leo también esto otro:
El reino de Arabia Saudita es una monarquía teocrática islámica en la que el Islam es la religión oficial, la ley exige que todos los ciudadanos sauditas sean musulmanes. La libertad religiosa es inexistente. El Gobierno no prevé el reconocimiento legal o protección de la libertad de religión, y está muy restringida en la práctica. La práctica pública de las religiones no musulmanas está prohibida.
Creo que la cosa está bastante clara. Cuando un país permite a otro que haga la propaganda que quiera dentro de él sin la más mínima concesión a cambio eso no tiene otro nombre: Rendición. ¿O es que sería mucho pedir que, por ejemplo, Arabía Saudía permitiera la libertad de religión y que misioneros cristianos occidentales pudieran llegar a su país? Claro, eso es de locos. Pues exactamente igual es de locos permitirle al gobierno saudí que fabrique un centro religioso musulmán en España.
Hemos perdido. Lo malo es que las consecuencias de nuestra rendición aún no se han pagado por completo. De hecho solamente se han empezado a pagar.
Cuanta razon
ResponderEliminarGracias y un saludo.
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