Ayer critiqué la decisión de Pedro Sánchez de no enviar armas al ejército ucraniano, que hace
frente a la invasión del ruso, muchísimo más superior. Hoy me entero de que el Presidente del Gobierno ha cambiado de opinión y que España enviará a Ucrania 1.370 lanzagranadas y 700.000 cartuchos para fusiles y ametralladoras.
La noticia me ha sorprendido, porque todo apuntaba a un alineamiento de Sánchez con sus socios de la extrema izquierda. No ha sido así. El líder del Ejecutivo ha cambiado de opinión (algo bastante típico en él, dicho sea de paso) y se alineará con sus socios europeos de la OTAN y la UE. Lo que ha provocado el enfado de Podemos.
Evidentemente la decisión de Sánchez es buena por sí misma, porque se hace necesario para España estar al lado de Ucrania y de sus socios europeos. Pero si, además, cabrea a Podemos, pues mucho mejor.
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