A la extrema derecha hay que aislarla, bloquearla, ponerla en alerta antifascista y a ser posible quemarla en la hoguera. Mientras tanto la extrema izquierda debe ser aceptada, respetada y gozar de todos los parabienes. Me
encanta Carmena. Con razón era jueza. Que bien sabe utilizar la ley... del embudo.
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