Mucho se ha escrito sobre el affair Papa-Viganò-McCarrick (por este orden en la foto). Y de algo de ello me he hecho eco por aquí. Pues bien, el último capítulo (por ahora) del culebrón de marras lo empezó a escribir el Papa cuando afirmó:
"De McCarrick no sabía nada, naturalmente, nada. Lo he dicho en diversas ocasiones, no sabía nada".
Y ese capítulo lo cierra el arzobispo Carlo Maria Viganò de forma tajante:
“Lo que el Papa ha dicho sobre no saber nada es mentira”.
Y de ello hay más que su palabra:
Desgraciadamente para la versión de Su Santidad, el mismo día en que se publicaba en Vatican News la transcripción de la entrevista, la revista Crux informaba de correspondencia filtrada entre el Papa, el secretario de Estado Pietro Parolin y el entonces cardenal que confirma la existencia de sanciones privadas impuestas al ex arzobispo de Washington por el Vaticano en 2008, y que McCarrick viajó por todo lo largo y ancho del globo durante el pontificado de Francisco desempeñando un papel clave para llegar al polémico pacto secreto entre la Santa Sede y el gobierno comunista chino.
Por cierto, una auténtica bajeza del Papa lo de apelar a una cuestión de una herencia de Viganò, algo que no tiene nada que ver con este conflicto.
Así se las gasta el Papa, Su Santidad Francisco, Sumo Pontífice de la Iglesia Católica.
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