No, no es una exageración. Es la verdad. El sujeto de la foto, Carlos Antonio Lozada (después y antes de ser congresista), es un claro ejemplo de ello.
Los testimonios que se pueden leer en el artículo de LD son espeluznantes. Lorena Murcia (en la foto al lado), que sufrió esas violaciones siendo niña, preside hoy la Corporación Rosa Blanca, que agrupa a más de 1.200 víctimas de la
guerrilla de las FARC.
Denunciar lo anterior le costó a la periodista colombiana Vanessa Vallejo (en la foto a la derecha de este párrafo) tener que exiliarse rumbo a Estados Unidos, debido al peligro de su vida y a la nula protección que tenía.
Así están las cosas en Colombia, donde violadores de niñas y de niños tiene el adjetivo de honorables y se sientan en el Congreso de la nación.
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