Algunos se llevan las manos a la cabeza por los datos que salen sobre la corrupción dentro de la Guardia Civil. No yo. En la Guardia Civil era tradicional (supongo que lo sigue siendo) el gran montón de donaciones de los empresarios del pueblo con motivo de la gran festividad del 12 de octubre, con las que se montaba un fiestón de mucho cuidado; el motivo todos sabían que era comprar la protección a sus negocios. O algo bastante más sórdido, el hecho de que los guardias civiles pudieran usar gratis las prostitutas de los burdeles de carretera en su demarcación para que no investigaran nada a los propietarios.
Ciertamente no es la única organización estatal con corrupción. También me constan los sobornos que había que hacer a determinados suboficiales del ejército para que dieran la autorización a la instalación de máquinas expendedoras de tabaco y bebidas en las cantinas de sus cuarteles.
El asuntillo que ahora está saliendo es solamente eso, un asuntillo. Supongo que nadie meterá mano en serio a una corrupción bastante generalizada.
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