Mucho se criticó, y con toda razón, la bofetada que le propinó en la entrega de los Oscars del pasado año Will Smith al humorista Chris Rock cuando este último hizo una broma de mal gusto sobre su esposa o novia. Pero España tiene su propio Will Smith. Aunque en este caso no sea del mundo del espectáculo, sino de la política. Se llama Pablo Iglesias.
Ya salió a defender a Irene Montero, en plan machito, cuando la atacó verbalmente la voxera Carla Toscano en el Congreso (no me cuadra un hombre entrando en una discusión de palabra entre mujeres). También lo hizo para defender a Ione Belarra, cuando la famosa foto donde se le marcaban los pezones (como que no me parece de muy buen gusto precisamente, y más con los violentos y pervertidos deseos que mostró en el pasado Pablo Iglesias hacia Mariló Montero). No podemos olvidar cuando defendió a Dina Bousselham (de la que tenía fotos íntimas sin su permiso, que ya es decir) porque según él era una mujer de ventipocos años a la que quería quitarle presión. Y ahora ejerce esa defensa, incluso antes de que suceda nada, nuevamente con Irene Montero, diciendo que PP y Vox van a aplaudir mirando a Irene Montero.
Parece que para este elemento las mujeres podemeras no saben defenderse solas y tiene que salir él, precisamente EL, a defenderlas. Desde que sigo la política española, más o menos desde 1977 (46 años, que se dice pronto), el político más machista que he visto, y con diferencia (mucha) es Pablo Iglesias. Y lo curioso es que este elemento va de feminista por la vida. Cuando no pasa de ser un machista hipócrita. Muy machista y muy hipócrita.
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