Carmen Calvo no es precisamente santo (santa en este caso) de mi devoción. Pero cuando afirma que "Damos por hecho que un hombre LGTBI es feminista y no tiene por qué" da en el clavo por completo.
Y es que, dicho de otra forma, los intereses de las mujeres y del colectivo LGTBI no tienen por qué
ser los mismos. Y de hecho no lo
son. En algunos casos no es que sean distintos esos intereses, es que son opuestos. Y lo estamos viendo actualmente en lo que respecta a la "T". A los transexuales. Los intereses de las llamadas mujeres trans entran en total colisión con los intereses de las mujeres reales. Y en ese punto hay que decidir a quien se defiende, si a los hombres autorreconvertidos en mujeres o a las mujeres que nacieron mujeres. Irene Montero y Pedro Sánchez lo tienen claro, a los primeros. Yo también, a las segundas.
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