Me parece perfecto que una serie de ciudadanos decidan unirse en un gobierno autonómico por las razones que sean (culturales, históricas, idiomáticas, de conveniencia o lo que sea). Pero que se lo paguen. Lo que no puede ser es que quieran mantener esa autonomía a costa de los demás ciudadanos del país.
Esto viene a cuenta por el hecho de que unos ciudadanos de unas autonomías están manteniendo otras autonomías que no son la suya. Además de que estamos viendo un día sí y otro también que los gobiernos autonómicos son en su inmensa mayoría unos manirrotos que gastan mucho más de lo que deben y al final debe salir el Estado (es decir, todos los ciudadanos del país) a sacarles las castañas del fuego. Nuevamente vemos que el sistema autonómico español hace aguas por todos lados, incluido el más importante, el económico.
Habría que llegar a un sistema justo, en el cual el Estado administra sus competencias con sus impuestos y cada autonomía administra la suyas con los impuestos que paguen los ciudadanos de esa autonomía para esa cuestión. Es decir, que si, como creo que es, el Estado administra el 50% de las cuestiones, y el otro 50% está administrado por las autonomías, pues de los impuestos de cada autonomía la mitad va para el Estado y la otra mitad se la quedan ellos, y que hagan lo que puedan.
O eso, o hacer como se hace en Estados Unidos, donde el Gobierno Federal tiene unos impuestos (básicamente la declaración anual) y los estados otros impuestos (básicamente lo que sería el I.V.A. en España, aunque algunos estados también recaudan una pequeña parte en la declaración anual). De esos impuestos federales, el Gobierno Federal tiene una parte que va para cuestiones de emergencia (huracanes, incendios, terremotos, etc.), una vez que se ha declarado "zona de emergencia"; pero aparte de esa excepción, los estados tienen que administrar sus competencias con sus recursos, y punto.
Por supuesto en España, donde cada autonomía tiene competencias diferentes, la cosa es distinta. Pero lo dicho, que la autonomía en cuestión financie con sus ingresos sus competencias. Es tan sencillo como consultar a los ciudadanos de las autonomías preguntándoles si quieren crear impuestos autonómicos (lo que supondría pagar más impuestos, por supuesto) o si prefieren dejar de tener autonomía (o limitarla mucho, a la capacidad de sus cortos bolsillos). Que ya está bien de querer tener autonomías pero que las paguen otros.
Lo que dices lo veo de la siguiente manera; autonomías sí, pero de empresas privadas, de gestión. Un gobierno central que sea el recaudador general y único, y que reparta el dinero entre las mejoras de las comunidades que presenten esas empresas gestoras. No estaría mal, pero habría que matizar mucho. Por ejemplo, Un IVA bajo, de un 0,50% pero sin posibilidad de desgravar, se paga integro sobre facturación. Y eso estaría destinado a las empresas gestoras para sus recursos propios. A la vez, la empresa gestora tiene de cometido vender los productos fabricados en esa comunidad, cuanto mayor sea esa comercialización, mayor ingresos de ese IVA. Es decir, que este marcado por objetivos.
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