martes, 2 de mayo de 2017

6 de diciembre de 1998, parece que fue ayer

Recuerdo que cuando llegué a Miami, allá por el 2000, me comentaron que en los meses previos al mentado día los precios de la vivienda subieron de forma inusual; no es que se dispararan, pero si se notó la subida, sin que, en teoría, hubiera razón para ella. Pero claro que había una razón. Era por el dinero que estaba llegado procedente de Venezuela de los venezolanos que podían sacarlo junto con ellos mismos, y que lo estaban invirtiendo mayormente en propiedades inmobiliarias. Y ello porque las encuestas daban por segura la victoria de Hugo Chávez, quien prometía que iba a cambiar el país por completo. Y claro, los que tenían dinero, no querían que cambiase de manos.

Y llegó el día señalado. Y los venezolanos le apoyaron por primera vez. Y luego por segunda. Y después por tercera. Y posteriormente por cuarta. Y hasta ya muerto le apoyaron, en la figura de su sucesor, por quinta vez.

Y hoy aquella Venezuela, tan mala, tan corrupta, tan horrible, ya no existe. No. Ha sido sustituida por otra Venezuela, más mala, más corrupta, más horrible, a lo que hay que añadir mucho más violenta. Hambre, penurias, hiperinflación, violencia desatada, impunidad total.

Hoy los venezolanos ya no quieren al sucesor de Chávez por un margen de dos a uno. Pero ya es demasiado tarde. La fiera ha crecido y no quiere ser domada.

Aquella Venezuela del 6 de diciembre de 1998 (repito, mala, corrupta, horrible) tenía una virtud. Se podía cambiar al Presidente. Pero en ésta no. Ayer Nicolás Maduro dijo que convoca una Asamblea Constituyente para así evitar las elecciones del año próximo y de esta forma continuar en el poder. Claro, la razón no la dijo él, sino que la pongo yo, pero está más que clara.

En el último mes 34 personas han muerto en medio de la ola de protestas. Eso sin contar los muertos de todos los días en un país donde prácticamente no hay ley, ya que los que están en el Poder se dedican exclusivamente a seguir en el mismo, y cada cual tiene que vivir (o morir) como puede.

En este blog he enlazado a muchos artículos sobre la situación que vive el país, así que no me repetiré. Aunque probablemente dichos artículos se queden cortos con lo que se está viviendo allí a día de hoy, o lo que se puede vivir en los próximos días.

Vuelvo al 6 de diciembre de 1998. Por aquel entonces yo andaba por el mundillo de los foros. Dije que Hugo Chávez era un golpista comunista, y que de esa combinación no podía salir nada bueno. Me dijeron de todo menos bonito. Pero tengo que reconocer que ni en mis peores imaginaciones podía yo llegar a pensar en lo que está viviendo Venezuela actualmente. Por aquel entonces, a pesar de los pesares, en Venezuela se podía vivir. Hoy es un país en la miseria más absoluta y al borde de la guerra civil. Y han pasado menos de veinte años.

Y regreso de nuevo al 6 de diciembre de 1998. Dicen que el pueblo nunca se equivoca. Pues se equivocaron, vaya si se equivocaron. Y no solamente una vez, sino una tras otra. Y lo malo es que se sigue equivocando (Tsipras en Grecia). Y lo seguirá haciendo (Podemos en España). No hemos aprendido nada.

6 de diciembre de 1998. Parece que fue ayer. Pero no hay marcha atrás.

2 comentarios:

  1. Chaves sólo pudo ganar por el nivel de corrupción absoluto que alcanzó Venezuela antes de que él llegara, unido a una gran pobreza.

    En España siguen más de 4 millones de parados con la corrupción campando a placer...

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    1. Hombre, claro. Corrupción que ha aumentado infinitamente con el chavismo. Con la diferencia de que ahora al chavismo no se le puede echar. Y es que siempre toda situación tiene la posibilidad de empeorar. Algo que muchas veces olvidamos.

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