Va Casado y dice que, como alternativa a la solución 130 de Arrimadas, él tiene su propia idea: que Ciudadanos apoyé a Sánchez para que no dependa de ERC. Claro, el único problemilla de la ecuación es que el partido naranja estaría apoyando el pacto socialcomunista. Vamos, sería meter a Podemos y Ciudadanos en el mismo saco. Y él se quedaría fuera, como gran hombre de Estado que luego va a apoyar a Sánchez en los grandes asuntos que afetan a la nación.
Por no hablar que para ello Navarra Suma, que quiere decir UPN, tendría que apoyar también a Sánchez después de que éste ha pactado en Navarra con ultraizquierdistas y filoterroristas; algo que haría pedazos en las siguentes elecciones navarras a este partido.
Y todo para que luego él pueda decir que Sánchez no ganó la investidura gracias a él, sino gracias a Ciudadanos, pero que él va a hacer un esfuerno y dar estabilidad al Gobierno en los grandes temas.
Es genial este hombre. Supongo que cree que la jerezana es tonta (y los de UPN también) y que aquí el único listo es él.
La verdad es que el líder pepero se está moviendo todo el tiempo por miedo (más bien pánico) a Vox, un partido al que por cierto le conviene el clima de radicalización en el que se va a ver inmersa la política española si al final la coinvestidura de Sánchez-Iglesias sale adelante con el apoyo de ERC.
Poco tiene que ganar Casado en esta batalla. Puede que tanto si hay terceras elecciones como si no al final él haya llegado a su techo de apoyos y sea víctima de los votos moderados que se vayan a Cs y los muy cafeteros que se vayan a Vox. Y él, a su casa.
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