El artículo es de pago, pero el título (“No vamos a tolerar que pongáis en cuestión la seguridad jurídica en España”) deja claro que lo que al Gobierno más le molesto es que en el comunicado de Ferrovial se reflejara una opinión contraria al propio Gobierno. No tanto que la compañía cambie su sede fiscal, sino que, en ejercicio de su libertad de expresión, el comunicado dijera (suavemente) que buscan un marco jurídico estable.
Y aparece la expresión de marras. “No vamos a tolerar”. Lo que demuestra la idea que este Gobierno socialcomunista, incluyendo la parte socialista, tiene de la libertad, incluyendo una de las más básicas, la de expresión. Aquí se puede opinar de lo que el Gobierno le deje, pero si alguna opinión no le gusta al Gobierno, entonces los ataques, incluso los personales, se sucederán uno tras otro. Incluyendo, como ha pasado, y tal vez esto es lo peor de todo, al mismo Presidente de Gobierno, que ha señalado no solo a la compañía, sino también, y por nombre, a su Presidente.
Lo anterior tiene un nombre. Totalitarismo. Light sin duda, más que nada por la situación geográfica de España y la organizacion a la que pertenece. Pero totalitarismo al fin y al cabo.
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