Increíble, pero cierto. El Gobierno de España se da cuenta de que la estúpida Alianza de Civilizaciones no funciona y obra en consecuencia.
Ya escribí 4 artículos sobre como las reglas del juego han cambiado desde que el terrorismo islámico ha hecho acto de presencia, tres sobre Gran Bretaña (uno, dos y tres), y el cuarto sobre Italia. Pensé escribir uno sobre España, en clave irónica, sobre como Zapatero en vez de perseguir el terrorismo islámico se dedicaba a contemporizar con él. Pero no. Para mi sorpresa (grata sorpresa, todo hay que decirlo) me encuentro con que los servicios secretos españoles están investigando a los musulmanes que se encuentran en España, conscientes que de ese grupo viene la amenaza del nuevo terrorismo.
El artículo de referencia viene de una fuente tan poco dudosa en cuestiones gubernamentales como "El País", y en él podemos leer frases como éstas:
Los servicios secretos han elaborado un primer censo confidencial de mezquitas...
Y este párrafo no tiene desperdicio:
Tras la matanza de Atocha, tanto la policía como el CNI trabajan en secreto en la elaboración de un censo de mezquitas y oratorios, antes inexistente, para estudiar sus corrientes y determinar si en alguna de ellas se proclaman impunemente ideas en favor de la yihad. La cifra inicial de centros de culto islámico detectados se eleva a 600, más del doble de las 272 entidades religiosas musulmanas que aparecen en el registro del Ministerio de Justicia.
Aunque esto tampoco se queda atrás:
El Gobierno estudia crear un registro oficial de mezquitas para "controlar a los imanes de las pequeñas mezquitas", según palabras de José Antonio Alonso, ministro del Interior...
Así están las cosas. El Gobierno por un lado usa la demagogia, pero por otro lado sabe perfectamente que el terror nace y crece en los círculos musulmanes, un terror que no fue dirigido solamente contra el Gobierno de Aznar, sino que va, en presente, contra toda la civilización occidental. Y por lo tanto, está investigando dichos grupos religiosos.
Al menos algo de lo que congratularse, que las reglas del juego hayan cambiado contra el terrorismo musulmán también en España, aunque menos de lo que debieran. Y, por supuesto, sigue siendo lamentable la hipócrita política de este Gobierno socialista, que dice una cosa de cara a la galería, pero, conocedor de la estupidez de sus palabras, actúa de otra forma en la realidad.
Hace un par de semanas se supo que desde el CNI se había avisado al alcalde de mi ciudad (Vitoria) que se habían detectado en la ciudad grupos de islamistas radicales en fase durmiente.
ResponderEliminar