Zapatero creía que tenía los plazos del "alto el fuego" de los etarras bajo control. Pretendía llegar primero a las elecciones municipales y autonómicas y después a las generales con la supuesta tregua en vigor. Gran error. Todo apunta a que las cosas se están precipitando y poco a poco (o mucho a mucho) Zapatero está perdiendo el control de la situación (si es que alguna vez lo tuvo, que lo dudo).
Si repasamos los últimos acontecimientos, nos encontramos con esto:
Primero, día 14. Los etarras, en su famosa entrevista a Gara, aceptaron cínicamente que siguen extorsionando a los empresarios, mantuvieron las mismas exigencias políticas de siempre (autodeterminación y Navarra), dejaron claro que el "alto el fuego" era completamente condicional al cumplimiento de dichas exigencias políticas, y dijeron que era necesario "dar pasos" en esa dirección.
Segundo, día 17. Mientras Zapatero calla, Rubalcaba sale a decir que que el Gobierno todavía no tenía la convicción de que ETA quería poner fin a la violencia.
Tercero, día 20. Otegi dice que en los siguientes días Batasuna tomará la iniciativa para comenzar la negociación ("ha llegado el momento" dice taxativamente), a la vez que amenaza con que si se mantienen las condiciones actuales "no se darán condiciones para el dialogo" (y creo que es evidente lo que el etarra quiera decir).
Cuarto. día 21. Zapatero habla por fin sobre el tema, pero lo hace para anunciar que el próximo mes de Junio comunicará a los partidos políticos su intención de empezar "el proceso del diálogo" con los terroristas.
Quinto, día 22. Se da a conocer por "El Mundo" que el "aparato militar" (o sea, los asesinos directos) de ETA le da un plazo al "aparato político" (o sea, los asesinos negociadores) de la misma ETA para que consiga que el Gobierno dé pasos en la dirección deseada por los terroristas; ese plazo es "de tres o cuatro meses".
Sexto, día 22. Rubalcaba cambia de opinión sobre lo dicho hace menos de una semana, y ahora asegura que ya no hacen falta más informes policiales sobre la actual situación porque queda claro según él que el "alto el fuego" de ETA "es completo y real".
Séptimo, día 22. Zapatero asegura que tiene el apoyo de todos los partidos políticos parlamentarios (aunque el PP le desmiente, negándoselo públicamente poco después) para empezar a dialogar con ETA "para poner fin a la violencia, y sólo para poner fin a la violencia".
Octavo, día 24. Batasuna toma la iniciativa para la llamada "mesa de partidos" y hace público quienes serán sus negociadores. De paso aprovecha el momento para dejar claro que "sin una mesa de resolución, sencillamente no hay proceso".
Hasta aquí la secuencia de lo que considero que son los puntos más importantes de los últimos días en esta asunto.
Visto lo visto, creo que ETA está pisando el acelerador de los plazos a fondo; todo apunta a que los asesinos quieren una negociación con el Gobierno lo antes posible, y en los términos marcados por ello. Zapatero, que como dije pretendía alargar la cosa por motivos electorales uno o dos años, no va a poder llevar los plazos negociadores más allá de, como mucho, septiembre u octubre.
Está claro que ETA no está dispuesta a propiciar una victoria electoral del PSOE sin haber conseguido sus objetivos (al menos una parte de ellos) primero. Zapatero creyó que podría domesticar a la bestia y se equivocó. La bestia etarra se encuentra probablemente más fuerte que nunca y va a hacer sentir esa fortaleza. Por ahora esa fuerza se está viendo en que Zapatero y su Gobierno están apresurando los plazos para contentar a los asesinos. Pero lo que estamos viendo actualmente es solamente un lamentable ejercicio político (y de cara a unos terroristas asesinos, que es mucho decir) para ganar tiempo. Un tiempo que se agota para Zapatero y los suyos, porque los etarras lo están agotando. Posiblemente, por las condiciones vacacionales que se dan en España en julio y agosto, Zapatero podrá alargar las fechas hasta septiembre, o, si tiene mucha suerte, hasta octubre. Pero creo que a más tardar será entonces cuando ETA va a apretar las clavijas al máximo, y Zapatero tendrá que sentarse a hablar con los asesinos.
Ese momento, cuando el Gobierno y ETA se sienten cara a cara, a la vez que paralelamente se cree la "mesa de partidos políticos" para la que ya Batasuna ha tomado la iniciativa, será el momento de la verdad. Será entonces cuando habrá que poner todas las cartas boca arriba, y veremos hasta donde Zapatero está dispuesto a ceder al chantaje de una pandilla de asesinos.
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