lunes, 5 de junio de 2006

Zapatero, rehén de ETA

Con ese "alto el fuego permanente" de ETA lo que la banda terrorista ha conseguido como mínimo (y es mucho) es convertir al Presidente del Gobierno de España en su rehén político.

Y es que el año próximo tendremos elecciones municipales y autonómicas, y al siguiente (como mucho) tocarán las elecciones generales. Y, por supuesto, desde ahora hasta esos momentos claves sería simplemente desastroso para el Gobierno, para el PSOE y para Zapatero que ETA, por la razón que fuera, diera por concluido su paréntesis de asesinatos y volviera a su actividad criminal.

Sobre todo si, como se prevee, ya hubieron por el camino determinadas concesiones políticas. Porque en ese caso el PP lo aprovecharía para, además, poner en evidencia la inutilidad de las concesiones políticas, las cuales serían simple y llanamente calificadas como el precio por nada.

Me temo que vamos a vivir momentos difíciles, muy difíciles, con unos nacionalistas como representantes de ETA, envalentonados como ya lo están por la debilidad de Zapatero y el acercamiento de las citas electorales, y con un Zapatero preso de esas mismas circunstancias.

Momentos que ya estamos empezando a vivir. Porque ante las amenazas del brazo político de ETA, Batasuna, tenemos a un PSOE que dice que se va reunir públicamente con ellos (en privado lo vienen haciendo desde hace mucho tiempo). La fiscalía se ha convertido desde hace mucho en el abogado de Batasuna. La justicia, por medio de Grande-Marlaska, no acusa de nada a los batasunos. En Francia se detienen a terroristas actuando activamente, pero eso no afecta para nada a que el Gobierno español siga considerando que ETA está inactiva. El segundo de a bordo del Ministerio del Interior se reúne con la jueza francesa Laurence Le Vert para con toda probabilidad pedirle que ni ella ni sus compañeros aprieten demasiado las clavijas a los asesinos detenidos en Francia. Patxi López anunciando la barbaridad de que la "mesa Gobierno-ETA" y la "mesa política" avanzarán juntas.

Lo anterior solamente es el principio de las concesiones a los asesinos y a quienes les apoyan. Porque mucho me temo que en los próximos meses veremos más ejemplos de como el Gobierno de España cede ante unos asesinos que no se han arrepentido de sus crímenes y que, recordemos, lo único que han ofrecido es solamente una especie de tregua totalmente condicional a que se cumplan sus objetivos políticos.

Y es que, repito, actualmente tenemos al Presidente de Gobierno de España convertido en un rehén político de una banda de asesinos. Y eso es sumamente peligroso para España, el país que por desgracia preside.

1 comentario:

  1. Queda legalizada en España la interlocución política si pones los suficientes muertos encima de la mesa.
    ¡Vamos perdiendo!

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