domingo, 12 de noviembre de 2006

PSOE, PP y BNG secuestran la democracia en Galicia

Si ya la calidad democrática en España está bajo mínimos, lo único que faltaba es que ahora, por consenso, decidieran secuestrarla los que verdaderamente mandan, los partidos políticos. Pues eso es lo que está pasando en Galicia. Los tres partidos políticos con representación parlamentaria en el parlamento autonómico se han puesto de acuerdo para hacer sus mangoneos estatutarios en secreto.

Y para colmo el acuerdo para llevar las conversaciones de espaldas a los votantes no ha sido entre los partidos gobernantes allí (PSOE y BNG), sino entre el PSOE... ¡y entre el PP!, y el BNG dice que no está de acuerdo con el secreteo, pero que lo acepta porque los otros dos lo han acordado.

O sea, que los partidos políticos secuestran la democracia, y, además, el PP está de acuerdo. Pobre democracia, pobre España.

3 comentarios:

  1. Galicia va de culo. La Xunta está empeñada en heredar lo peor del nacionalismo vasco y catalán, con la complacencia del PP. La politica económica es de echarse a llorar; están sobresubvencionando sectores deficitarios para que no se deslocalicen [para que no se desgalleguicen (sic), dicen], y están poniendo trabas de todo tipo a las empresas foraneas que quieren implantarse en la región [Ikea, Grupo Eroski, etc.]. Pero, qué puede esperarse de un gobierno bipartito donde en el programa politico de uno de los socios [UPG, grupo mayoritario dentro del BNG] se promueve la nacionalizacion de todas las empresas implantadas en territorio gallego, al más puro estilo cubano. Seguiremos emigrando.

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  2. Pues yo creo que hacen muy bien. Al pesoe le votan, sobre todo, los pobres (en todos los sentidos). Pues cuantos más haya mejor.
    Véase Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha.

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  3. La Galicia de Touriño y Anxo Quintana da pena y dolor. En lo poco que llevan en el poder ya han acabado con el verde. Recuerden la política contra los incendios: la pancarta, eso sí, recordado el Prestige, no los incendios, con los de Nunca Máis en cabeza. Y mientras tanto, el verde se convierte en ceniza.

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