La democracia española no es una democracia conquistada, sino una democracia concedida, y la diferencia, por supuesto, no es baladí. Allá por 1977 las cortes franquistas aprobaron una ley, con carácter de Ley Fundamental del Reino, llamada Ley para la Reforma Política, la cual los españoles ratificaron mayoritariamente por más del 90% en un referéndum. Después de aquello llegaron las primeras elecciones y la Constitución, la cual consagra definitivamente la unión de poderes y un total poder de decisión a la hora de confeccionar la listas electorales a los partidos políticos (ir de por libre en España es sencillamente imposible). Una Constitución que dicta básicamente que el control de los políticos queda en manos... de los mismos políticos, ya que quienes debían teóricamente controlarlos, los jueces, están sometidos a esos políticos.
Durante decenios los españoles han cerrado los ojos a los escándalos que se han ido sucendiendo desde el Poder. Terrorismo de estado, corrupción, falta de transparencia en la rendición de cuentas económicas personales, tráfico de influencias, privilegios de los mandamases, privilegios de los allegados de los mandamases, falta de respeto a la prensa y un largo etcétera de asuntos que jamás debieron suceder. ¿Pero por qué sucedieron y, además, en una cantidad tan escándolosa que se puede decir sin temor a faltar a la verdad que fue de forma totalmente ontinudada? Pues la respuesta es extremadamente simple. Porque no había control. Por parte de los jueces, en principio exclusivamente en manos de algún que otro llanero solitario al que no le importara jugarse su carrera; y digo en principio porque al final siempre aparecía un casual cambio de juez que curiosamente simpre beneficiaba al acusado. Y por parte de los ciudadanos (más bien votantes y nada más) simplemente ningún control... ni falta que hacía, porque esos votantes han mostrado vez tras vez un desisnterés total en dicho control, aceptando por activa o por pasiva el status quo siempre y cuando no le afectase a él, al votante.
Y por esa falta de control las cosas fueron de mal en peor, hasta llegar, por pura y normal degeneración, al punto en el que nos encontramos hoy, en el que hay un solo partido que no está "pringao", Ciudadanos, y no se sabe muy bien si es por convicciones o porque hasta ahora no ha podido llegar a tener la llave del cajón del pan. El sistema está podrido. Y, vuelvo a repetir, es solamente por una causa, por la total falta de control de los controladores. Hasta ahora lo que propone Ciudadanos, siendo algo (el uniquito que propone ese algo), es muy poco, ni de lejos lo suficiente.
Hace falta llegar a la eliminación del indulto, a la verdadera separación de poderes, a la total independencia judicial (incluyendo la elección de los organos rectores de los jueces y el Tribunal Constitucional), a la clarificación de las cuentas públicas en su totalidad (por la vía de que sean de acceso libre a través de internet), a la publicidad de las cuentas económicas personales de los cargos públicos, al acceso en condiciones de total igualdad y publicidad de todas las empresas a todos los concursos de obras públcias, a que las donaciones a los partidos políticos sean conocidas en su totalidad, a un enorme endurecimiento de las penas para los culpables de dichos delitos, a que la justicia actúe de forma rápida y eficaz, a que los presidentes de los ejecutivos acepten como algo absolutamente natural acudir a las ruedas de prensa y responder a todas las preguntas. Como mínimo. De lo contrario, todo seguirá igual.
Pero no sucederá. Y no lo hará porque los españoles en su inmensa mayoría se consideran a sí mismos votantes y no ciudadanos. Y no exigiran unos controles estrictos de esos funcionarios públicos que ellos eligen. Por lo que en España los controladores seguirán sin control. Controlando, por lo tanto, cada vez más, y sin ser ellos controlados en absoluto. Por lo que todo seguirá igual. Lo más que sucederá es un lígero lavado de rostro, completamente de cara a la galería. Unos integrantes de la galería que prefieren cerrar los ojos para no ver la cruda realidad de que les están estafando delante de sus narices esos personajes a quienes ella mismos eligen en una pseudodemocracia concedida, porque ni fueron ni son capaces de conquistarla. Votantes y no ciudadanos. Que aceptan sin rechistar que algo debe cambiar para que todo, absolutamente todo, siga igual.
Y lo peor es que nos colocaron el "lote completo". Junto con la democracia y las libertades nos colaron un monstruo de partitocracia y división del país para mejor vida de las castas dirigentes.
ResponderEliminarBásicamente nos dijeron, o el paquete completo o vuelta a la dictadura, chantaje del peor estilo.
Pues sí, esa es la idea que poco a poco se ha ido abriendo en mi mente. No hubo debate real porque no les convenía a ninguno de ellos. Y los votantes lo aceptaron ciegamente como "mal menor". Lo peor es que lo siguen haciendo. Y peor aún que los únicos que lo denuncian son los extremistas de Podemos, que convertirían el actual desastre en un desastre muchísimo peor. Pocas esperanzas de mejora... o ninguna.
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