viernes, 19 de julio de 2019

El Chapo, como los demás, un cobarde

Torturó salvajemente y asesinó brutalmente a multitud de personas. Pero cuando ya no tenía poder se vino abajo. Me recordó, entre otros, a aquello etarras asesinos que hasta lloraban en el momento de su detención. El Chapo se quejó de torturas psicólogicas por estar aíslado, de que le molestaba el ruido del aire acondicionado y de que no pudo disfrutar ni del sol ni del aire fresco. Conmovedor en un criminal de su especie.

Al final fue condenado a cadena perpetua. Y de la prisión a la que va a ir no se va a poder escapar, como hizo dos veces en México gracias a su dinero.

Bye, bye, cobarde.

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