Una fanáticia multitud gritando a voz en cuello 'enviénla de regreso'. Se referían a una congresista que llegó de niña a Estados Unidos, por supuesto nacionalizada de este país.
Querían enviarla de vuelta al país en el que nació por dos razones: por eso, porque nació en el extranjero, y porque defiende unas ideas contrarias a las que defienden Trump y sus seguidores.
Lo anterior sucedió en un acto de Trump y durante un discurso de él. Que no mostró para nada su desacuerdo con eso grito a coro.
Ahora Trump, en un lamentable ejercicio de malabarismo político (otro más), intenta decirnos que él no estaba de acuerdo con ese grito racista. No me lo creo. Pero, independientemete de ello, fue Trump el que provocó ese grito con sus tuits racistas.
Ya he escrito sobre el tema de la polémica de Trump con las cuatro congresistas demócratas representantes del ala más izquierdista del partido. Trump se equivocó al no entrar en el terreno del debate de las ideas y bajar al barro de la descalificación personal. Pero esa equivocación hay que elevarla a enorme error cuando esa descalifación personal llega al límite del más claro racismo.
Aquí están las consecuencias. La gran América blanca saliendo del armario. Algo que en un futuro (y muy cercano) puede convertirse en muy peligroso.
Y, ojo, no estamos hablando de la defensa de la expulsión de inmigrantes ilegales. Estamos hablando de descalificar a personas que tienen sus papeles en regla, muchos incluso ya nacionalizados estadounidenses (como el caso de la congresista en cuestión=, por el solo hecho de haber nacido en el extranjero y defender unas ideas diferentes de las que defiende Donald Trump.
Lo ocurrido ayer debe ser un aviso. Porque alentar el más descarado racismo es muy peligroso. Y mucho me temo que Trump puede seguir esa peligrosa línea en esta larguísima campaña electoral en la que ya estamos envueltos, de cara a la elección presidencial de noviembre del año próximo. Pero una línea racista reforzada, sobre todo si se confirma el riesgo de que pierda la elección. Porque entonces intentará movilizar a su electorado como sea. El electorado más racista de Estados Unidos. Y ello, repito, puede tener una consecuencias muy indeseables.
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