Cándido Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer son los nombres. Uno de los dos será quien ocupe la Presidente del Tribunal Constitucional después de que Gobierno y CGPJ nombre cada uno de ellos dos miembros. Los dos son muy cercanos al PSOE. Así el Gobierno se asegurará que el TC siga sus instrucciones, porque de los doce asientos, siete estarán ocupados por izqueirdistas y cinco por derechistas; y aunque uno de los de izquierda se uniera a los de derecha en alguna ocasión, el voto de calidad del presidente sería determinante a favor de las tesis gubernamentales (¿a quien se le ocurrió que los miembros fueran doce y no nueve o quince?).
Pero es que hay más. Dicen que Conde-Pumpido ha afirmado esto: "Voy a ser designado presidente del Tribunal Constitucional para arreglar el problema de Cataluña, y lo arreglaré". ¿Qué significa eso? Podría ser lo siguiente, según círculos judiciales: "El Ejecutivo de Sánchez podría plantear un nuevo estatuto para Cataluña, una Ley de Referéndum o bien, un Consejo General del Poder Judicial catalán. Todas estas actuaciones previsiblemente serían llevadas al Constitucional con Conde-Pumpido como presidente y con mayoría izquierdista cuando se produzca la renovación".
Parece poco probable que Pedro Sánchez se vaya a meter en esos berenjenales de aquí a las elecciones. Pero si ganara la convocatoria electoral y siguiera al frente del Gobierno, otro gallo cantaría, sobre todo si siguiera necesitando el apoyo de los secesionistas catalanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Después de siete días de la publicación de un artículo todos los comentarios necesitan aprobación.