lunes, 7 de noviembre de 2022

Imagina poder votar a los jueces de tu zona

La polémica de la imposible renovación de un Consejo General del Poder Judicial sujeto a los políticos de turno desde hace décadas (tanto con PSOE como PP) está por todas partes en los medios de comunicación (aunque no creo que la gente hable del tema en el autobús y el metro, sino más bien de la crisis económica que ya les está empezando -solo empezando- a afectar). Pues imagínate que esa polémica no pudiera suceder porque el CGPJ no existiera, sino que fueran los ciudadanos los que decidieran quien es el juez que va a dirigir la Justicia en su distrito de, solo por poner un ejemplo, cinco millones de personas (dividir España en diez distritos). Y luego a su vez poder votar por el juez de lo penal de, digamos, un cuarto de millón de personas (subdividir a su vez cada distrito en veinte zonas). Y también los jueces civiles, de paz, etc. Y que cada juez tuviera que rendir cuentas cada cierto tiempo (cuatro años, por ejemplo) de los aciertos y errores cometidos. Una tontuna en un blog, ¿verdad? Pues sí. En España.

Pero no en Estados Unidos. Mientras veía el último partido de la 'Serie Mundial 2022' de baseball, en uno de los pocos descansos en los que mantuve la vista en la pantalla (los demás para el baño, pizza, soda, etc.) me llamó mucho la atención un anuncio (que buscando lo encontré en Youtube y puedes ver al final del texto) de una jueza, totalmente desconocida para mí (luego descubrí que se llama Lina Hidalgo -en la foto-) , pidiendo implícitamente el voto para revalidar su cargo que luego he sabido que es de Harris County - County Judge (Juez del Condado del Condado Harris) -el condado Harris engloba Houston y otras ciudades suburbanas, algo más de cuatro millones y medio de habitantes, la décima parte de España-.

He investigado un poco a través de la página dedicada a elecciones de todo tipo en Estados Unidos llamada Ballotpedia, que me ha dirigido a la página de las elecciones texanas, y me he encontrado con que mañana los electores del Condado Harris podrán decidir, a nivel de condado, además de por la posición que quiere revalidad esta señora, cuatro posiciones de juzgados civiles, quince de juzgados criminales, cuatro de juzgados de libertad condicional de condenados y ocho de jueces de paz (entre otros, porque hay más posiciones relacionadas con la justicia, hasta alcanzar un total de 39).

Dicho sea de paso, también se vota, a nivel de ciudades (no sé en qué fechas, cada ciudad tiene las suyas), además de, por supuesto, el alcalde, también al jefe de la polícía, al director de las escuelas, y muchos más cargos.

Todo esto, claro, suena a americanada en Europa en general y en España en particular. Y hasta es posible que lo sea. Pero si alli esa americanada es en tono despectivo, aquí la americanada de lo que trata no es solamente de elegir al Presidente de Estados Unidos, representantes, senadores, gobernador del estado y legisladores igualmente del estado (y hablo no solamente de Texas, sino de todos los estados), sino también, y para muchos votantes sobre todo, a aquellas personas como ellos (repito, como ellos, ni más, ni menos) que van a gestionar sus asuntos más cercanos (justicia penal, justicia civil, puesta en libertad condicional de presos ya condenados, la educación de sus hijos, etc.). Porque hay americanos a quienes les importa un pimiento quien es el Presidente, e incluso el Gobernador de su estado, porque piensan que sus decisiones no les afectan en su día a día. Pero siguen constantemente los cargos que sí afectan a su vida diaria, como si le van a poner o no una multa por una tontería (jefe de polícia), si van a encarcelar a un conductor borracho o a cuanto van a condenar a un violador o asaltante (juez de lo penal), que tipo de educación van a recibir sus hijos en la escuela pública (director del distrito escolar), etc.

Todo esto, por cierto, forma parte del famoso checks and balances estadounidense, que va mucho más allá de la total independencia de los tres poderes a nivel federal y estatal. Igual que ese checks and balances implica una democracia directa en muchos temas. Pero esos son temas para otros textos.

Así son las cosas aquí. En Estados Unidos. Y podrían ser también en España. Solamenta haría falta que los votantes tomaran la decisión de ser, además, ciudadanos. Y asumir como tales sus derechos. Entre los que está como el de elegir entre sus iguales al mejor para cada cargo. Nada más, pero tampoco nada menos.

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