En "Falsos salvadores" Carlos López Díaz mencionaba que en Telecinco se había defensido el incesto. Y se quedó corto.
Sucedió en medio del apoyo de la supuesta familia y entre los aplausos de un público entregado. Algunos dicen que todo fue un montaje, pero aún siendo así, el eje central de la noticia sigue siendo el mismo. La defensa de una relación sentimental entre hermanos, con apoyo explícito del público asistente. Hasta ahí ha llegado la sociedad española (por ahora).
Vez tras vez he dicho que el desarme moral en España es más que evidente. No hay creencias ni convicciones de ningún tipo, ni espirituales, ni religiosas, ni familiares, ni patriotícas, ni sacrificiales, ni tan siquiera laborales. Nadie quiere oir hablar de espirualidad, religión, familia, patria, sacrificio personal o esfuerzo en el trabajo. La idea es vivir lo mejor posible haciendo el menor esfuerzo que se pueda, sin creer en nada ni tener compromiso alguno, ni con personas ni con ideas, y por supuesto sin ningún tipo de límite.
Y ese desarme moral ha conducido ya a esta sociedad a una más que segura decadencia, en la que está inmersa sin saberlo o sin importarle (más bien creo lo segundo). Nada es verdad ni es mentira, sino que todo depende del color del cristal con el que se mira, podría ser perfectamente la frase que definiera el relativismo en todos los sentidos que se ha asentado en el conjunto de la sociedad española.
¿Cuánto tiempo podrá perdurar una sociedad descreida, amoral, cobarde y vaga? No mucho. Tras la decadencia llegará irremisiblemente la sustitución. Tal vez yo no lo vea, pero posiblemente sí la próxima generación. Cuando llegue otra sociedad que crea en algo, que tenga algún tipo de moral, que practique en algún modo la valentía y que no le tenga miedo al esfuerzo, y que acabe sustituyendo a la actual.
¿Y cual será esa sociedad? Tema para otro texto.
Esos programas con máximos niveles de audiencia, millones de espectadores, millones de votantes..., democracia.
ResponderEliminarEl problema no es la democracia, sino cuando una sociedad elige y sigue a gobernantes que la desarman moralmente. Es su derecho. Somos libres para elegir nuestas decisiones... pero no somos libres para elegir las consecuencias de nuestras decisiones.
EliminarComo leí hace poco, "se puede vivir de espaldas a la realidad, pero no se puede vivir de espaldas a las consecuencias de vivir de espaldas a la realidad". Pues es lo mismo con el desarme moral. Se puede vivir desarmado moralmente, pero no se puede vivir sin las consecuencias de vivir desarmado moralmente.
Lo dije cuando lo del matrimonio homosexual que el siguiente paso seria el incesto.
ResponderEliminarDejando las justificaciones religiosas el matrimonio (para vivir juntos no hace falta, basta con la unión libre) se justificaba por el interés de la sociedad en que las parejas tengan hijos y estos sean correctamente educados. El matrimonio homosexual significaba abandonar ese principio de utilidad social ya que la única utilidad que tiene es privada (darse un atracón después de haber intercambiado anillos) y ni tiene utilidad social ni afecta a terceros. A partir del momento en que se renuncia a ese principio de utilidad (protejo esa unión y le concedo ventajas porque me es útil) no hay forma de negar el matrimonio incestuoso o la poligamia.
Pues sí, del "matrimonio homosexual" al "matrimonio incestuoso" y al "matrimonio polígamo" (e incluso a otras formas de "matrimonio") solo hay un paso.
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