Tendremos nuevas elecciones el 26 de junio. Sánchez no quiso con el PP. Y no pudo con Podemos y los nacionalistas. Hemos estado al borde del precipicio, con Pedro Sánchez dispuesto a todo con tal de llegar a Presidente del Gobierno, pero a quien, increíblemente, consiguieron frenar desde dentro de su propio partido, con el apoyo de los medios de PRISA. Por cierto, que también de forma increíble la inacción de Rajoy le sigue dando resultados.
Sea como fuere hay que agradecer a Sánchez, Iglesias y Puigdemont que no llegaran a ese acuerdo que los números les permitían, y que hubiera supuesto el mayor desastre para España de los últimos tiempos, tanto a nivel político como económico. Me equivoqué en mis pesimistas pronósticos de ese desastroso pacto que yo pronostiqué vez tras vez y, sinceramente, me alegro de ello.
Volvemos al baile de encuestas y a una campaña que se presume aún más dura que la anterior. Pero sea como fuere la llave la vuelven a tener los votantes españoles, lo cual es el centro de la democracia, e infinitamente mejor que el hecho de que esa llave estuviera en las manos de unos politicuchos de tres al cuerto.
Las tendencias que muestran las últimas encuestas no parecen alejarse mucho de los resultados de las anteriores elecciones. Pero aún faltan casi dos meses para las elecciones, y como está el patio eso en la política española es una auténtica eternidad. Tiempo más que de sobra para que pueda haber auténticos terremotos políticos.
Por lo pronto habrá que despejar dos dudas. ¿Se presentarán Podemos e IU juntos? ¿Volverá a ser Pedro Sánchez el candidato socialista? Todo parece indicar que la respuesta a ambas preguntas será afirmativa. Después de eso (y tal vez antes también) tiempo habrá de ir analizando las encuestas de opinión.
Repito, la llave la vuelven a tener los votantes españoles. Esperemos que esta vez no vuelvan a colocar a España al borde del abismo.
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