Discrepo de Santiago Navajas

Me encanta Santiago Navajas, hasta el punto de que los artículos que publica en su blog salen automáticamente en mi Twitter. Y casi siempre estoy de acuerdo con sus textos liberales de altísima calidad. Menos ahora.

Probablemente el flamante alcalde londinense sea un musulmán pacífico y moderado (de verdad), como dice Navajas, y que su victoria sea la señal de que Europa es tierra de libertad y prosperidad. Pero donde yerra Santiago de plano es cuando compara los guetos musulmanes a los gitanos. Porque hay diferencias claras entre los unos y los otros. Los gitanos no tienen una base en un libro religioso que incita a la violencia contra los no gitanos; ni quieren convertir a todo el mundo en gitano, por las buenas o por las malas; ni pretenden dominar el mundo en función de sus creencias gitanas; ni están siendo adoctrinados en creencias extremistas gitanas desde poderosos países extrajeros (como, por ejemplo, Arabia Saudí hace con los musulmanes, país donde, dicho sea de paso, la religión musulmana y el Estado son lo mismo, y donde se imparten brutales castigos físicos, modelo al que deberían convertirse los países europeos); ni son semilleros de terroristas contra los no gitanos.

Dice al final de su texto que
Aquellos cuya primera identidad es la cristiana se sienten amenazados por la "invasión" musulmana.
Y no es un problema de sentirse cristiano o no. Sino de sentido común. Y aquí no se trata de Sadiq Kahn, que efectivamente todo apunta a que es un modelo de moderación, como puede verse en el apunte que el propio Navajas da en su blog de que tomó acto de posesión en una catedral anglicana y su primer acto oficial ha sido conmemorar la Shoah. Pero la realidad se impone de que hay muchos (muchísimos) que no son como él.

Y es que, mi estimado Santiago, esa buena voluntad de la que sin duda haces gala te lleva a ignorar que, volviendo a los guetos musulmanes, en buena parte de ellos se transmiten enseñanzas, financiadas con muchos millones de petrodólares, en base a las cuales si pudieran te cortarían la cabeza sin pensarlo dos veces. A ti, que les defiendes. Ya ves. Y no dudes que lo harán si un día son mayoría.