No, no voy a hablar más de Corinna y Juan Carlos, de Juan Carlos y Corinna. Sino de ese personaje tan siniestro que es José Manuel Villarejo. He leído no recuerdo donde que el susodicho ha gastado su última bala con la publicación de la grabación a Corinna mientras hablaba de Juan Carlos de Borbón y que a partir de ahora su situación penal no puede sino empeorar. Puede que sea verdad lo segundo, pero desde luego con lo que no estoy de acuerdo es con lo primero.
No creo que se haya quedado sin munición. Más bien pienso que la última revelación, grave sin duda, ha sido un serio aviso de que, si no se atienden sus demandas, la próxima será más grave aún. Y no creo que sus demandas se puedan atender. Así que es posible que este sujeto espere a que pase agosto y, llegando otoño, nos proporcione un terremoto político aún más grande que el actual.
Por cierto, que en menudas manos estuvo el espionaje español. Manos parecidas, mucho me temo, a las que sigue estando.
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